Una serie de tumultos y batallas callejeras por violencia étnica en la provincia de Xinjiang dejaron el lunes un total de 156 muertos y más de 800 heridos el lunes, dijeron los medios estatales chinos.
La agencia oficial de noticias Xinhua no dio más detalles de inmediato en una nota de apenas una oración enviada cuando en Beijing casi eran las 2 a.m. del martes.
Xinhua había dicho antes que por lo menos 140 personas murieron y que el número "seguía subiendo". Otras 828 personas resultaron heridas en la violencia étnica más grave en Xinjiang desde hace varias décadas.
La policía cerró las calles en partes de Urumqi, la capital provincial, cuando los enfrentamientos entre los uigures musulmanes y chinos de la mayoría étnica han se volvieron violentos. Testigos mencionaron una protesta menor el lunes en Kashgar, la segunda ciudad de la región.
Los disturbios son un nuevo indicio para Beijing de que el desarrollo económico, lejos de atenuar el rencor de las minorías étnicas, tiende a exacerbarlo. Las minorías se sienten marginadas en sus regiones al arribar oleadas de migrantes chinos.
Columnas de policías paramilitares en uniformes verdes de combate, cascos y chalecos antibalas marcharon alrededor del bazar principal de Urumqui, un vecindario uigur, haciendo ostentación de garrotes y escudos. El servicio de telefonía móvil fue bloqueado y el acceso a enlaces de internet también bloqueado o demorado.
Los manifestantes el domingo atacaron retenes, vehículos y casas, además de chocar violentamente con la policía, según testimonios de la prensa y testigos. La televisión estatal mostró escenas de manifestantes pateando a personas en el suelo. Otros, de aspecto chino, estaban sentados en el suelo con aire aturdido y la cara cubierta de sangre.
En principio no se explicó el motivo de tantos muertos. El gobierno acusó a una empresaria uigur residente en Estados Unidos de incitar a la violencia por medio de llamadas telefónicas y "propaganda" a través de la internet.
Grupos de exiliados dijeron que la violencia comenzó cuando la policía reprimió una manifestación pacífica que reclamaba justicia para dos uigures muertos el mes pasado durante una trifulca con trabajadores han en una fábrica en el sur de China.
Miles de personas participaron en los disturbios del domingo, a diferencia de actos esporádicos de violencia separatista realizados por pequeños grupos en Xinjiang. Los choques evocaron las violentas protestas del año pasado en el Tíbet, después de las cuales muchas comunidades tibetanas viven entre fuertes medidas de seguridad.
Las tensiones entre los uigures y la mayoría han nunca están lejos de estallar en Xinjiang, una enorme región de gran riqueza mineral, limítrofe con ocho naciones del Asia central. Muchos uigures anhelan la independencia y algunos milicianos han librado esporádicamente una campaña separatista violenta.
Los uigures son el grupo étnico más grande en Xinjiang, pero no en Urumqi, la capital, que ha atraído a migrantes han en grandes números. La ciudad de 2,3 millones de habitantes posee una mayoría abrumadora china, lo cual genera rencores entre los uigur, que se consideran marginados.
AP
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